martes, 21 de octubre de 2008

Salvemos Punta de Choros


La localidad costera de Punta de Choros se encuentra en la IV Región, a 120 kms. Al noroeste de La Serena y es famosa por su belleza y tranquilidad.
En frente están Isla Damas, Isla Choros e Isla Chañaral (además del islote Gaviota). Todas ellas nombradas Reserva Nacional del Pingüino de Humboldt. Además esta localidad se caracteriza por su variada fauna que incluye delfines nariz de botella, aves marinas, avistamientos de ballenas que recorren estas cristalinas aguas.
Este sector es el mayor productor de locos de la zona.



Todo este mágico mundo de tranquilidad y energía está siendo amenazada ni mas ni menos por las mismas manos del hombre. Existen tres proyectos para instalar termoeléctricas (Farellones, de Codelco; Cruz Grande, de CAP; y Barrancones, de la Compañía belga Suez Energy) y según Modema (Movimiento en Defensa del Medio Ambiente) extraerán gigantescas cantidades de agua marina para luego devolverlas con varios grados más. Este calentamiento de las aguas traerá como resultado la MUERTE de la fauna en todas sus dimensiones lo que traerá consecuencias nefastas para nuestro ecosistema.








La comunidad de La Higuera enfrenta hoy su mayor desafió, poner en funcionamiento la primera Reserva Marina de Chile o dar su aprobación a proyectos energéticos que atentan contra su patrimonio natural.

Ya se han cumplido 3 años del Convenio Internacional de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPS), diseñado para terminar con la producción y uso de doce sustancias químicas clasificadas según su origen y/o aplicación, en tres grupos: plaguicidas, sustancias químicas industriales y subproductos no intencionales. Entre la "docena sucia" como se le conoce figuran sustancias altamente contaminantes y cancerígenas como aldrín, clordano, mirex, dieldrín, toxafeno, endrín, heptacloro, ddt, hcb, dioxinas y furanos.




Sin embargo, nos falta una sustancia que mencionar, los PCB o bifenilos policlorados, que fueron introducidos en 1929 y se produjeron en varios países, bajo distintos registros. Los PCB son básicamente moléculas muy toxicas que se utilizan frecuentemente como refrigerantes incorporados en los transformadores y condensadores de las subestaciones eléctricas debido a su alta resistencia al calor y poseen más de 200 formas de toxicidad variables.

El costo de su eliminación es elevada, y si no se eliminan de forma adecuada, tarde o temprano terminan llegando a las costas, sobre todo si no existe un catastro a nivel nacional que determine el volumen de PCBS y lugares de desecho, porque, a pesar de que se sabe que una parte de ellos se exporta en forma voluntaria a través del Convenio de Basilea, para lo que permanece y se acumula en Chile no hay, actualmente, solución, debido a que no existen instalaciones, como plantas de tratamiento ni lugares de disposición final de estos contaminantes. Por lo tanto, existe un problema de gran impacto ambiental, económico y sobre todo de salud pública, que se irá agravando con el tiempo, desarrollando una enorme carga económica para el Estado y la población en general.




A pesar de que se cuenta con regulaciones, se presentan vacíos importantes en la legislación, sumado a una escasa voluntad política y precarios recursos para fiscalizar, inadecuadas condiciones culturales, sociales, climáticas y económicas, por lo que no es posible garantizar un manejo responsable de este tipo de químicos.

Además, y como siempre en forma errada, se cree que el mar es un gran disolvente de nuestros desechos y la verdad es que ya es casi un basural que no soporta más cargas tóxicas. De todas maneras se han vaciado altas dosis de PCB en él, pero existe un grave problema, los PCB no son solubles en agua, pero sí lo son en aceites y grasas, atacando principalmente a la mayor biomasa de plantas del planeta, las diatomeas, micro algas que conforman la base de casi todas las cadenas alimentarías en los océanos.

¿Pero cómo afectan los PCB a los vegetales más pequeños del planeta? como todas las plantas, las diatomeas contienen una pequeña porción de aceite junto a su núcleo que entra en solución inmediata cuando la molécula de PCB se pone en contacto con ella, modificando su núcleo y contaminándola.




Por ejemplo, un krill consume altos niveles de diatomeas al día y así mismo una ballena consume varios millones de organismos de krill, produciendo una alta bioacumulación, convirtiendo a estos y a otros muchos animales en desechos tóxicos vivientes, atacando principalmente su sistema inmunológico, lo que por lógica, asemejar a este tipo de contaminación al Sida, no es descabellado tomando en cuenta las altas cifras de animales marinos endermos y muertos.

Otro ejemplo, las belugas han visto reducir su población y ser decretadas en peligro de extinción debido a los contaminantes, el año 1979 se prohíbe su caza sin embargo sigue disminuyéndose la población debido a enfermedades como huecos en las venas pulmonares, enfermedades de la piel, cáncer de hígado, estomago y glándulas mamarias, entre otras. En los estudios realizados se pudo encontrar niveles de PCBS 3.400 veces más alto que el nivel máximo permitido para el agua de mesa, que han llevado hoy al borde de la extinción a las belugas y llevará a muchos otros animales marinos contaminados con el Sida del mar.



Hoy está pre-aprobada la realización de dos termoeléctricas en las costas cercanas a la Primera Reserva Marina que tenemos, la reserva Isla Choros-Damas, en la IV Región de Coquimbo y se está determinando aceleradamente su plan de manejo para ser implementado por medio de reuniones y estudios de organizaciones científicas que no han tenido como base los efectos directos del funcionamiento de estas termoeléctricas en la Reserva, lo que nos demuestra que el gobierno y el sector industrial y empresarial no están siendo capaces por sí solos de evitar los impactos en la salud y en el ambiente de los Contaminantes Orgánicos Persistentes(PBCS) y de reducir los riesgos que implica la liberación descontrolada al ambiente de estos contaminantes.

Los estudios que se están llevando a cabo, se basan, principalmente, en tomar el área de la Reserva Marina como un ente aislado de lo que ocurre fuera, sin tomar en cuenta de que son una serie de sistemas biológicos encadenados los que han determinado que esa zona sea protegida y conservada. Sin embargo, en la propuesta del plan general de administración de la reserva, en los objetivos específicos de su creación, están mencionados puntos como los de proteger vertebrados acuáticos residentes como el delfín nariz de botella, los pingüinos de Humboldt y los lobos marinos, conservar las poblaciones de especies de interés comercial como los locos, lapas y erizos. Además de cuidar las poblaciones de especies estructuradoras de hábitat, como las algas. Todas especies altamente vulnerables a los desechos contaminantes que hemos mencionado. Además se citan como factores importantes los aspectos pesqueros, de volúmenes turísticos, sociales y económicos entre otros.

Pero de todos, el que más me ha llamado la atención es el que tiene relación con las corrientes marinas las que básicamente, según el estudio, "generan una dinámica compleja en la que cualquier resultado debe componerse por la combinación de las componentes norte- sur, este-oeste dentro de un solo análisis"(sic). Por lo que no tomar en cuenta lo que ocurre con los desechos de las termoeléctricas a menos de 20 kilómetros de distancia de la reserva puede tomarse como una grave omisión carente de responsabilidad científica o como un serio error en un estudio que está orientado a proteger, conservar y hacer viable una reserva marina.

Entonces ¿de qué sirve decretar una reserva marina y poner fondos fiscales para poder tener lo antes posible su plan de manejo si con la aprobación de estos proyectos en pocos años más no habrá nada que preservar en el área?

Firme junto al mar.





Video Isla damas y Punta de Choros

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